miércoles, 27 de octubre de 2021

¡ESTÁ MUERTA!

 Las casas, una mezcla inverosímil cuando se traspasa las profundidades.

Entrar o no entrar. Cuando la mañana luce tan espléndida, la noche es todo lo contrario, me confundo por tanto desconcierto, caigo estrepitosamente para no volver por horas, nunca me detengo, no levanto los brazos, no haga nada, me quedo confinado en una postura apacible, permisiva, la cual la reconozco, es lo mismo, una puerta frente a mí, quizá de un familiar que ya no está o muchos que todavía no conozco, una incógnita abismal que me devora las entrañas y me colma de locura. Tocar esa puerta y actuar pensando que lo soy y también un perseguido permanente detenido esta vez ante las evidencias, descubierto por los reflectores y los hechos sombríos, de manera febril, siendo dócil, dejando en manos del destino, dejándose con extremo temor y también inquietud.

Entro sintiendo el piso, no me hundo en el pasado, entrar es desentrañar una versión inapropiada que tiene algunos fundamentos simbólicos, NUNCA LO INTENTÉ DEL TODO, LA MAYOR PARTE DEL TIEMPO FUE FINGIR, UTILIZAR SU EXCUSA para descansar y dejar dicho que también dediqué una parte de mi vida, a manera de corresponder, como una forma de tributo en solitario.

Ella yace en el piso helado, donde la oscuridad termina por consumir los últimos latidos, ¡no puede ser! en el piso ¡jamás! La tomo de los brazos, le digo a C*** que consiga algo cómodo y caliente, pronto la tengo apoyada junto a mí, ahora yo soy el adulto y ella la niña, me niego a creer que sea demasiado tarde pero lo es, esta irreconocible aunque los recuerdos me hagan creer algo distinto, es poco más que un espectro en perspectiva de desintegrarse, ¡no es ella, Dios mío! Son apenas unos restos que los gusanos no pudieron devorar, aun así, me habla como siempre lo hizo, con historias que solo son lamentaciones de una vida que se hizo una brújula de día y también de noche.

Qué más puedo hacer por ella, construirle un altar quizá, lavarle los pies, dormir a su lado hasta que despierte en un mundo ideal, o hablar tanto de suposiciones e ilusiones desvanecidas al primer intento bajo el sol que desnuda. 

No puedo hacer siquiera lo mínimo, transmitirle mi incertidumbre por una membrana o el silbido agudo que deriva en sufijos cortos y terminaciones neuronales, nada, cero, oscuro, con la cabeza cabizbaja y el cuerpo mutilado.

Hay tres hombres que me piden dejarla allí, tirada, como un bulto, de nada sirve hacerse el dramático y prestarle importancia a quien solo fue un recuerdo de ayer, cuando la inocencia entendía juegos en medio de la peor decadencia humana.

No quiero una tragedia mayor, no soy así, sin embargo, resulta incoherente dudar tanto para entrar y luego dejar que la casa se inunde con las decisiones de seres que quizá solo estén en mi cabeza, insinuándome qué hacer en una situación confusa, ella caída, helada y de pronto de pie, caminando involuntariamente para sentir el mundo de los vivos con el alma ida en sentimientos ahogados en un mar negro, en la noche cruel que sufrió arrinconada por el maltrato y el maldito descuido de su propia sangre.

¡Esta muerta!
¡Está muerta!
Materia putrefacta 
una vez lumbrera de nuevas generaciones
abrigo de quien lo necesitó
la cama
la mesa
la mejor cena bien puesta
el terruño afectuoso
la mayor dedicación con las ganas intactas y los sentidos rotos
un momento para ser niño y llorar también 
bajo la ternura y el desafío de querer 
cuando fueron sembrándose tempestades
con los hábitos de antaño
condena de muchos que se renombran 
y quienes se debaten en ser culpables de convocar a la muerte
no mirarse entre ellos 
y alejarse aliviados por cuanto vivió, 
compartió un poquito de su corazón melancólico
y dejó una muestra incolora que abate a veces
des-Morona (bajo una higuera en el patio)
descompone esperando (de madrugada en la chacra)
 y pinta de luto cualquier onomástico
día de fiesta familiar
hijos, nietos, biznietos, primos, tíos, padres, abuelos...,
La culpa agota y origina un dolor agudo en la conciencia,
no quise una moneda de sus manos
su nombre me bastó para hacerme a la idea 
de un viaje, el único,
de un abrazo, el que te renueva la vida,
de llegar tan lejos a pesar de todo
y agradecer que todavía puedo oír y verte
lo que es más que suficiente.

Te extraño en los pensamientos
mi corazón quiso ser más sincero y por eso 
te creí con vida
lo intenté con todas mis fuerzas
pero ya fue demasiado tarde.


En memoria de MamáInés

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