martes, 7 de abril de 2020

METÁSTASIS


Baja y cuando ya siente la tierra en sus zapatillas, un calor abrasador lo envuelve de pies a la cabeza. De pronto no puede pensar ni vocalizar algo, está conmocionado y poco a poco pierde sus facultades. La percepción de la realidad ya no es lo mismo, cada sonido es un desafío agudo que lo perturba, asume que el mundo alrededor lo compadece, hablan de él, lo ven como a un fenómeno que no merece vivir, ¿será una conspiración? Se pregunta. Solo son curiosos asomándose para verle retorciéndose en el suelo como está, pero él no puede imaginar nada más, solo grita de dolor, parece estar ciego porque tienta las piedras, la basura y la arena, aunque no se levanta y nadie se acerca para ayudarlo, sin embargo logra ponerse en pie, tiene toda la voluntad de hacerlo, es joven y tiene un aspecto corpulento. No se deja desanimar por las condiciones del clima, él sabe que todo puedo superarlo, lo sabe, está en inmejorable edad de hacer y levantarse como quiera proponérselo, pero las ideas se le cierran en límites de atención, solo caminar es un acto de intenso esfuerzo, se alienta a seguir, sus huesos son una herramienta que le causa dolor, de pronto el libro que llevaba en las manos, cae, él se inclina para recogerlo pero cae también, se apoya en sus manos que están sobre la arena, parece un animal en cuatro patas, levantarse lo toma como rebeldía, siente tan pesado el cuerpo, tan blanda la superficie, tan ruidoso el viento tibio, que empieza a desarrollar una metamorfosis física a plena luz del sol, hay gente que lo ve y se aleja, perros que huyen despavoridos, otros curiosos que lo observan de lejos, es un espectáculo después de ser tan insignificante, ya no es un hombre, su aspecto es espantoso, tiene bello muy crecido en toda su piel y protuberancias carnosas y huesudas brotándole por brazos, piernas y espalda, la cabeza es parecida al Neanderthal, se ha quedado desnudo y comienza a dar saltos como el simio que se emociona por alimento, se queja pero son alaridos cada vez más desgarradores, parece que quiere decir algo, sacude la cabeza, mueve los ojos, se altera con los brazos, se traslada unos cuantos pasos como si tuviera discapacidad, es grotesco y monstruoso, anda cabizbajo, cualquiera diría que por sus tímidos movimientos quiere evitar que alguien se altere por su horrenda forma, pero es peor, todos los ven como la bestia que es, nadie quiere entender nada más. Sigue su corta andadura, luce muy fatigado, debe tener un organismo que funcionará por poco tiempo. Llega lo esperado, finalmente se desploma en la arena como la detonación de un inmueble en ruinas, junto a un cúmulo de basura empujada por el viento arremolinado de polución de partículas de los terrenos eriazos. Los curiosos muy pronto se acercan, extrañamente el clima se ha hecho benevolente, un aire frío circula alrededor, el sol se ha bloqueado por nubes grises que traen lluvia y los ruidos han cesado en un silencio placentero. Nadie puede creer lo que ha visto, incluso llegan a pensar que todo ha sido un extraño espejismo provocado por la arena caliente y el fuego del sol al caer en el horizonte. Ese extraño ser viviente ha vuelto a ser un hombre después de unos minutos sobrenaturales, solo que yace tirado y desnudo, esperado quizá a ser tragado por la tierra o refundido en una prisión para fenómenos.
Cada quien contará a su manera que fue un hecho extraordinario, quizá por tanto calor se creó un ser amorfo que seguramente vivía dentro de ese hombre o fue motivado por las condiciones extremas. 
Las cosas que parecen insignificantes se han convertido en un gran mito que atravesará cada recuerdo.